-Devon no te vallas- le supliqué
Abrió la puerta de la entrada y puso un pié fuera
-Lo siento, pero esté es el precio que debo pagar- su voz era suave y prácticamente inaudible
-Por favor- suplique por ultima vez
Pero no me hizo caso...y la puerta se cerró tras él; fue entonces cuando sentí un golpe repentino, cerré fuerte los ojos y me caí al suelo envolviéndome en mi misma, queriendo desaparecer del mundo.Con una mezcla de sentimientos entre la rabia, desazón y anhelo.
Lo único que me quedaba en aquellos momentos era el olor que había quedado impregnado en sus camisetas, y el vago recuerdo de mi penosa existencia.
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